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CUANDO NO HABÍA STREAMING  

Vacaciones en el mar, el amor está en un crucero

Cuando el turismo aún no era una epidemia social, el productor Aaron Spelling se fijó en un libro que hablaba de historias vividas en cruceros. De ahí nació una serie tan exitosa como empalagosa, que transcurría en un transatlántico gobernado por una solícita tripulación

| 23/12/2024 | 5 min, 33 seg

VALÈNCIA. Hubo una época en la que los cruceros se llevaban a cabo en barcos de tamaño más o menos razonables. Todavía no eran ciudades flotantes, y eso proporcionaba una cierta cercanía entre pasajeros y tripulación. Vacaciones en el mar (The Love Boat) llevó a casa de los telespectadores una nueva fantasía: viajes a lugares exóticos (aunque el destino más repetido fuese Puerto Vallarta), en una nave lujosa donde los miembros clave de la tripulación se deshacían en atenciones por sus clientes. Hasta el capitán se desvivía para que, llegado el caso, una ancianita se reconciliara con su nieto, aunque lo más impresionante era el efecto cupido que se vivía en el transatlántico conocido como Princesa del Pacífico. Cualquier sombra de divorcio quedaba conjurada, cualquier atisbo de soltería era eliminado. El capitán Merrill Stubbin (Gavin McLeod), el doctor Adam Bricker (Bernie Kopell), el sobrecargo Burl ‘Gopher’ Smith (Fred Grandy), el camarero Isaac Washington (Ted Lange) y la directora de cruceros Julie McCoy (Laura Tewes) se encargaban de solucionarle los problemas personales al pasaje. Hasta la hija del capitán Stubbin acabó formando parte del elenco y metiendo las narices en las vidas ajenas. En cierta manera, el Princesa del Pacífico era como una casa flotante de citas a ciegas. Gran parte de su atractivo residía en eso.

Vacaciones en el mar fue una comedia de situación que fluctuaba entre lo romántico y lo humorístico. A veces, incluso rozaba lo absurdo, como cuando sonaban las risas enlatadas en escenas que, supuestamente, estaban sucediendo en alta mar y no en un estudio de televisión. Sus tramas seguían la pauta de la exitosa Love, American Style que, en un único capítulo, presentaba varias historias de amor en tono de comedia. Las historias de Vacaciones en el mar estaban inspiradas en el libro The Love Boats, escrito en 1974 por Jeraldine Saunders, la primera mujer directora de cruceros en uno de esos barcos. El avispado productor Aaron Spelling, que ya había tenido un éxito atronador en la pequeña pantalla con Los Ángeles de Charlie, compró los derechos. Antes de que la serie existiera hubo tres películas creadas exclusivamente para televisión. Pero solamente a partir de la segunda, The Love Boat II, apareció el reparto que seguiría en la serie. En 1976 se emitió The New Love Boat, que es básicamente un piloto de la serie que se estrenaría a finales de septiembre de 1977.

Muchas escenas de la serie se rodaban en barcos reales que realizaban trayectos comerciales. En esas secuencias, la mayoría de las personas que aparecen son pasajeros reales, que ejercían como figurantes durante los rodajes, y a los que se pagaba su correspondiente sueldo. Los cruceros en los que se anunciaba que se llevaría a cabo un rodaje se llenaban de inmediato. Hubo gente que llegó a pagar cantidades astronómicas por formar parte del rodaje. 

Del amor a los celos

Uno de esos cruceros se convirtió en una pesadilla. Era 1983 y el barco zarpaba rumbo a Hong Kong y Japón, en plena crisis entre el Gobierno norteamericano y el chino. Pero el verdadero infierno no fue la tensión diplomática, que ponía en peligro la llegada del barco al puerto chino, sino las tensiones entre los protagonistas, que recelaban unos de otros al descubrir las diferencias que había entre sus respectivos camarotes de lujo. 

Lujo también aportaban las decenas y decenas de celebridades que aparecieron en la serie como estrellas invitadas. Ese fue uno de los grandes alicientes de Vacaciones en el mar: hacer que el público se reencontrara con viejas —y no tan viejas— glorias del cine y la televisión como Gene Kelly, Joan Collins, Hulk Hogan, Zsa Zsa Gabor, Tom Hanks, Village People, Janet Jackson o Vincent Price.

La serie dejó de emitirse en 1985. Para entonces, ya habían aparecido algunas grietas en el casco del buque emblema de la felicidad y la camaradería. Laura Tewes, que se había incorporado al reparto porque Spelling quedó deslumbrado por ella en un capítulo de Starsky & Hutch, fue despedida en la octava temporada. La cadena ABC se disculpó diciendo que la actriz había pedido un aumento de salario desmedido. La realidad fue que, a raíz de su divorcio, Tewes entró en una mala racha que la llevó a consumir cocaína. En su lugar pusieron a Patricia Klous, que interpretó a la hermana de Julie McCoy. 

Una vez terminó su periplo televisivo, el transatlántico que había dado vida al Princesa del Pacífico también inició su periplo de decadencia. En 1998 se supo que estaba sirviendo como nave tapadera para rutas de grupos de narcotraficantes. Durante una redada se encontró un alijo de heroína de más de veinte mil kilos. El barco acabó sus días en 2013, en un desguace de Turquía. Todo el amor que proporcionó a sus pasajeros no pudo salvarlo de un triste final.

El invitado estrella

El pasajero más deslumbrante de la serie fue Andy Warhol. El artista hizo de sí mismo en uno de los capítulos de la última temporada. Warhol había soñado con Hollywood desde niño. En su capítulo coincidía con una de las viejas superstars de la Factory, que evitaba cruzarse con el artista, que incluso llegó a ofrecerse a pintar un retrato a un pasajero para luego rifarlo entre el pasaje.

La serie en datos 

Duración:  Nueve temporadas, emitidas entre septiembre de 1977 y mayo de 1986. En España se estrenó en diciembre de 1978 y fue saltando en los horarios de la parrilla de TVE hasta 1987.  

Premios: Estuvo nominada en varias categorías a los Globos de Oro y a los Emmys, pero nunca ganó. 

La sintonía: The Love Boat fue compuesto por Charles Fox y Paul Williams. Jack Jones lo interpretó hasta que lo reemplazó Dionne Warwick en la octava temporada. 

¿Cómo verla?: En DVD y Blu-Ray.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 122 (diciembre 2024) de la revista Plaza

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