La tecnología ha revolucionado el sector de la psicología, que ha visto cómo desde la pandemia se disparaban los casos de depresión y de ansiedad. Para dar respuesta a esa necesidad se recurrió a las sesiones online y, a pesar de que el confinamiento es algo del pasado, el uso de las nuevas tecnologías para realizar las sesiones online se ha mantenido
VALÈNCIA. Se le sigue llamando ‘la pandemia silenciosa’, cuando la realidad es que los problemas relacionados con la salud mental no están ya tan estigmatizados y los pacientes van en aumento. Algunas tecnologías, como la RV, la genética o la inteligencia artificial, contribuyen a atender una demanda creciente.
Son muchos los psicólogos que marcan un antes y un después a raíz de la crisis del coronavirus y el confinamiento. Entonces vieron cómo se les disparaban las consultas de personas con pánico a padecer la enfermedad o por conflictos familiares por exceso de convivencia. Desde entonces, han pasado dos años y medio, pero las visitas al psicólogo no decrecen. «Posiblemente la covid-19 fuese el detonante de algo que ya estaba latente», sostiene Laura Marzo García, psicóloga general sanitaria con consulta en València. Ella tuvo que activar la terapia online para dar respuesta a todas las peticiones de ayuda recibidas durante los meses de la crisis sanitaria, provenientes, sobre todo, de jóvenes y personas adultas.
Laura Marzo explica: «Ahora no recibo tantas consultas por miedo a la covid, sí a la enfermedad, pero veo más problemas de ansiedad, depresión, traumas…». Con la vuelta a la ‘normalidad’, Marzo recuperó la atención presencial que ahora compagina con la virtual. «Ambas son eficaces, pero no podría decir cuál de las dos es mejor. La presencial aporta elementos de la comunicación no verbal que resultan muy elocuentes para evaluar a un paciente, pero también la terapia online ayuda a tratar a personas que, de otra forma, no acudirían nunca a un psicólogo. Es el caso de quienes sufren trastorno de ansiedad social o agorafobia».
En cuanto a la parte negativa de la tecnología, la psicóloga admite que ahora también aparecen trastornos relacionados con ellas, especialmente entre los más jóvenes, adictos a la conexión digital.
Anticipándose a la covid, y tras detectar un problema significativo en el acceso a la atención de la salud mental, en 2016 se constituye Psonríe de la mano de Jordi Boix y Marina Ruiz. «Nos encontrábamos justo ante una ‘pandemia silenciosa’, con trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, afectando a un tercio de la población. Pese a la creciente necesidad de psicólogos, la inversión del Gobierno en esta área solo representaba el 5% del total del gasto sanitario».
Frente a dicho desafío, Psonríe nace con una propuesta muy innovadora en ese momento: la terapia online, con servicio de atención profesional inmediato 24/7 y con un enfoque preventivo. «Nuestra solución permite adaptarse a las necesidades del usuario: cómo quiere hacer la sesión, la duración y con qué psicólogo desea hablar. Esto nos lleva a conseguir un método rápido y eficaz, diseñado no solo para tratar los problemas de salud mental, sino prevenirlos», afirman.
Como prueba de que la terapia online funciona, aluden a un estudio realizado en la Universidad de Zúrich del que resultó que el 53% de los pacientes que recibieron este tipo de terapia lograron superar su depresión después de tres meses, comparado con el 50% que recibieron terapia presencial. Además, se observó que las mejoras logradas por los pacientes que recibieron terapia online resultaron ser más duraderas. Con ambas fórmulas, desde Psonríe han ayudado a más de 200.000 usuarios de todo el mundo.
Psonríe, que empezó con un modelo de negocio orientado al cliente final, ha dado también el salto al B2B, ofreciendo la solución a otras empresas interesadas en preservar la salud mental de sus empleados. Y es que, no hay que olvidar que los trastornos mentales son ya la causa principal de muchas bajas laborales.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la aparición de una psicopatología no siempre se debe a razones ambientales. Así lo contemplan en Mendel Brain, una startup valenciana donde han desarrollado un test de ADN que calcula la predisposición de una persona a desarrollar trastornos emocionales a partir de los datos genéticos. Ellos lo llaman cálculo de riesgo poligénico. Tienen en cuenta que en trastornos como la depresión inciden en un 40% las causas biológicas, frente a un 60% de causas ambientales y de desarrollo personal.
También en este caso, como señala el CEO de la compañía, Aitor García Anaya, el enfoque es «preventivo y no determinante». Quiere ello decir que, aunque haya predisposición, la persona que dé positivo en el test no tiene por qué desarrollar necesariamente un trastorno psicológico a lo largo de su vida, de la misma manera que si da negativo, tampoco queda libre de padecerlo.
Para hacer el test basta con una muestra de saliva que luego remiten al laboratorio. Se secuencia el ADN y se «leen» conjuntamente las variantes identificadas. Obtienen así una puntuación de ese riesgo poligénico (PRS) para evaluar las probabilidades de que esa persona pueda desarrollar una afección particular. El test contempla hasta 700.000 variantes genéticas y ayuda a establecer medidas preventivas y, a los psicólogos profesionales, a acertar con el tratamiento. Al test solo puede accederse a través del especialista, que es quien lo prescribe y con quienes están en contacto en Mendel Brain con un modelo B2B2C.
La solución lanzada al mercado por Mendel Brian está muy en línea con algunas tendencias imperantes en medicina: la prevención, la atención personalizada y los test de diagnóstico en remoto.
Pero hay más, muchas de ellas alentadas por la aparición de tecnologías nuevas que se han revelado de gran utilidad en el ámbito de la salud mental. Una de de ellas es la realidad virtual a la que recurren en startups como Amelia Virtual Care.
Pero es en la inteligencia artificial (IA) la tecnología en la que cada vez más profesionales depositan su confianza. José Miguel Gutiérrez Carrillo, médico residente de Psiquiatría y especialista en salud digital e inteligencia artificial, considera que hasta ahora «la psiquiatría ha sido la especialidad médica más ajena a la tecnología. En investigación se realizaron estudios para conocer el cerebro más a fondo con aparatos como el PET-TAC o la RMNf, pero nunca llegaron a la clínica, porque carecen de utilidad en el día a día».
Sin embargo, este experto entiende que «la IA supondrá la revolución más importante en psiquiatría desde el surgimiento de la psicofarmacología en los años cincuenta. La IA descubrirá biomarcadores digitales que nos ayudarán a la detección, diagnóstico y seguimiento de las enfermedades. En la industria farmacéutica veremos que la IA será capaz de identificar brechas de conocimiento para investigar, agilizar ensayos clínicos, asistir en la publicación en revistas y ayudar en investigación básica como ya ocurre con Alpha Fold 2».
A juicio de este joven psiquiatra de 26 años, «la IA será de gran ayuda en todas las fases del ejercicio médico. Este año, han aparecido los denominados Copilotos, grandes modelos de lenguajes específicos para medicina como MedPalm 2 de Google, o modelos multimodales que manejan múltiples tipos de datos (imágenes, voz, genes, etc.). La velocidad de innovación es inédita; cada semana salen novedades».
Un argumento que apoya con el libro The AI Revolution in Medicine, que afirma que «dichos modelos ya son capaces de resolver preguntas médicas, generar informes a partir de la transcripción de la consulta reduciendo considerablemente el tiempo que los médicos dedicamos a la burocracia, estimado en un 50%. Asimismo, son capaces de asistir en decisiones clínicas, corregir y dar feedback a médicos reduciendo errores, creando material educativo y explicando al paciente información médica o burocrática».
Gutiérrez Carrillo, convencido del inminente cambio revolucionario de la medicina, se dedica apasionadamente a educar a los médicos sobre la relevancia de la tecnología en el sector. “Lucharé por situar a España a la vanguardia de la innovación en este ámbito y fortalecer nuestra sanidad pública. A través de mi marca personal, PsiquIA 5.0, generaré contenido educativo en redes sobre medicina, psiquiatría, salud digital e inteligencia artificial” afirma.
La psiquiatría del futuro
Para conocer el futuro próximo de la medicina, Gutiérrez Carrillo remite a la lectura de Frontiers in Psychiatry: «La medicina y la psiquiatría tienen un futuro precioso. Veremos en pocos años avances significativos en el conocimiento del cerebro, nuevos fármacos e implementación de soluciones de salud digital que llevarán nuestra especialidad al siguiente nivel».
Asimismo, Gutiérrez Carrillo comenta que la práctica clínica se mueve hacia la Medicina Basada en el Valor, en donde se promueve una atención sanitaria centrada en la calidad de los servicios prestados, en lugar de la cantidad. En este sentido, comenta que la medicina del futuro «pasa por las denominadas 5Ps (personalizada, predictiva, preventiva, participativa y poblacional). Cuando los modelos fundacionales avancen lo suficiente, podrán realizar diagnósticos y tratamientos psicoterapéuticos a escala masiva. Como consecuencia de todo lo anterior, es probable que se incremente la salud mental poblacional», concluye.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 107 (septiembre 2023) de la revista Plaza