Se trata de crear empresas con impacto positivo. Algo que beneficie al conjunto de la sociedad, que incluya a todos y revierta el deterioro del planeta. Para ello, entran en la ecuación dos factores: ser rentable y generar un impacto real
VALÈNCIA. De haber encontrado una opción mejor, Carlos Ferrando no hubiese montado una empresa. Tenía un sueldo más que holgado como Area Manager en una multinacional de veinticinco mil personas y una vida tranquila, de no ser por una inquietud creciente por el deterioro del planeta. Amante de la naturaleza, seguía con especial preocupación todos los informes y noticias relacionadas con el cambio climático y la presencia incontrolada de plásticos en mares y océanos.
«¿Pero qué planeta estamos dejando a nuestros hijos y nietos?» —se preguntaba—. «Me imaginaba a las generaciones futuras paseando por las calles con una escafandra para protegerse de los rayos ultravioleta», dice. La imagen debió de ser tan vívida que se animó a dejar su puesto de trabajo y montar una empresa que ayudase a revertir la situación.
Con estas miras fundó Closca, una startup valenciana, mundialmente conocida por dos productos icónicos, aunque de apariencia tan sencilla como son un casco para bicicletas y una botella de agua. Para aquellos que se pregunten cómo se puede aspirar a crear un cambio social con esto, ahí va la respuesta de Carlos Ferrando. «El objetivo de crear productos basados en el diseño y la innovación no es otro que llamar la atención para cambiar la actitud de las personas. Nuestro lema, Inspire Change, lo deja claro. No es solo una cuestión de procesos o de productos, todos podemos hacer algo. El poder de transformar algo está en las comunidades y nosotros queremos ser la marca que inspire, tanto a las personas como a otras marcas, a dar el salto a la sostenibilidad».
Closca ha desarrollado el Closca Helmet, un casco plegable único, merecedor de los mayores premios internacionales de diseño, y la botella eco-friendly portable Closca Bottle para reducir el consumo de plástico con la que han conseguido ya más 1,5 millones de rellenados. Promueven también el movimiento #mylastplasticbottle que busca generar una comunidad a través de Closca Water App que ayuda a encontrar la fuente de agua más cercana y te premia por una actitud sostenible. La aplicación fue seleccionada por TED como uno de los productos más inspiradores de 2017.
NaviLens es una señalética digital inteligente que ayuda a las personas con dificultades visuales a ser más independientes en entornos desconocidos y a obtener información accesible. Se basa en unos códigos de colores fácilmente identificables y una aplicación gratuita para el usuario. En el caso de una parada de autobús, por ejemplo, le ayuda a llegar con precisión hasta la misma y a obtener información en tiempo real sobre los próximos autobuses que pasarán. En el caso de un museo ayudan, por ejemplo, al guiado y a la obtención de información accesible sobre una obra de arte.
La idea surge de la empresa Nuevos Sistemas Tecnológicos y la Universidad de Alicante como solución a una necesidad. Previamente habían trabajado en otros proyectos orientados a ayudar a personas con dificultades visuales apoyándose en otros dispositivos externos como gafas o móviles 3D, «pero con la pérdida de viabilidad de mercado estos dispositivos iban desapareciendo y los proyectos se quedaban sin continuidad», reconoce Nuria Fructuoso Ruiz, fundadora y directora de comunicación de la compañía.
El paso siguiente fue crear algo que no dependiese de otro dispositivo que no fuera el móvil que cada uno de nosotros llevamos encima. Surge así NaviLens, algo tan sencillo, y complejo a la vez, como un código y una app. La principal innovación es la increíble capacidad de lectura del código, el cual puede leerse desde muy lejos, con un ángulo de hasta 160 grados, en movimiento y sin necesidad de enfocar o encuadrar. Por eso, los usuarios ciegos pueden usarlo (a diferencia de un QR), porque no necesitan saber previamente dónde está colocado, sino que la aplicación lo detecta y va ayudándole.
El ingenio ha tenido un gran desarrollo desde su creación. La tecnología NaviLens está patentada en más de treinta países y se está estandarizando como un referente en accesibilidad en todo el mundo. Actualmente se encuentran en un importante proceso de expansión nacional e internacional. Estados Unidos, Japón y Canadá son algunos de los grandes mercados en los que opera la empresa, además de España.
Timpersbrand es una marca de zapatillas nacida en Alicante con unos valores muy marcados. Las diseña ‘a ciegas’ Diego Soliveres, invidente y cofundador junto con Roberto Mohedano (trasplantado de riñón) y Aitor Carratalá (con fibrosis quística). El propósito de crear la empresa era generar empleo para «gente tan capacitada como nosotros» y «luchar por esa normalización del colectivo en los ámbitos social y laboral», afirma Soliveres.
La intención es que la gente adquiera las zapatillas —para todo tipo de públicos— por su calidad y diseño. «Para conseguir este objetivo, hemos puesto todo nuestro empeño en crear un buen producto, haciendo unas zapatillas de calidad, íntegramente fabricadas en la provincia de Alicante, con materiales sostenibles y veganos y tratando de hacer modelos que se identifiquen y reconozcan por su diseño y comodidad».
Soliveres entiende que es obligación de cualquier empresa, sea del tipo y tamaño que sea, «tener un propósito muy claro y una cultura corporativa con unos valores muy marcados. Creo que toda empresa tiene algo importante que aportar, seamos del sector que seamos».
Tampoco entró nunca en los planes del fundador de Háblalo recurrir a la dialéctica de las donaciones o a la buena voluntad de la gente para hacer rentable el proyecto. Se trata de una app propiedad de la empresa Asteroid Technologies, que el joven argentino Mateo Salvatto creó a la edad de diecisiete años y que hoy utilizan más de 350.000 personas de todo el mundo con problemas comunicacionales debido a enfermedades como la sordera, parálisis cerebral, esclerosis, afasia, trastorno del espectro del autista…
Se ha convertido en la cuarta aplicación inclusiva más usada en el mundo y eso que surgió casi por casualidad. «Lo último que yo me planteaba con diecisiete años era montar una startup —cuenta Salvatto—. Yo me crie rodeado de personas con discapacidad porque mi madre es profesora e intérprete de lengua de signos. Fanático como soy de la tecnología —ostenta un título de campeón mundial de robótica— me planteé: ¿cómo es posible que tengamos tecnología para mandar un rover a Marte y una persona sorda no pueda hacer un trámite en la tierra como cualquier otra?».
Salvatto reconoce que la tecnología que hay detrás de Háblalo es sencilla y muy intuitiva. Se trata de un traductor de texto a voz y a la inversa que no necesita conexión a internet para funcionar. De alcanzar todo su potencial, la app podría impactar hasta en seiscientos millones de personas —tres en España—. Esto es, el 7,5% de la población mundial, que padece algún tipo de problema comunicacional.
Y como en Asteroid no entienden que una persona tenga que pagar por ejercer el derecho universal a hablar, se empeñan en mantener la aplicación gratuita. El problema es que, para que el impacto sea abundante y continuado, es preciso generar ingresos que mantengan la estructura empresarial y la hagan rentable. «Aunque respete mucho el trabajo de las ONG, yo no quería entrar en una narrativa de donaciones; no quería que el proyecto dependiese de la buena voluntad de la gente, sino que rodase solo. Por otro lado, Asteroid nunca consiguió financiación externa. Los inversores no creían que esto pudiera generar beneficios, así que tuve que aprender a hablar el idioma de los negocios», cuenta Salvatto.
El joven emprendedor empezó a recorrer más de ciento cincuenta empresas explicándoles que ese 7,5% de la población mundial con problemas comunicacionales no son ‘pobres personas’ que necesitan tu ayuda, sino clientes que quieren entrar a un restaurante y consumir y pagar por una hamburguesa como cualquier otro. «Si tú le das este servicio antes de que lo haga el restaurante de enfrente, habrás conseguido diferenciarte, ganarte la empatía de la sociedad y ganar y fidelizar a nuevos clientes a cambio de una mínima comisión mensual». Con este discurso se ganó la confianza de clientes de la talla de Samsung, Nespresso, Remax, Banco Santander y la Policía de toda la ciudad de Buenos Aires, cuyos establecimientos en Argentina ofrecen hoy el servicio de Háblalo a sus clientes.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 97 (noviembre 2022) de la revista Plaza